Hola, mi nombre es Alejandro y soy nacido en Bahía Blanca y por razones laborales, hace 16 años me radique en la Patagonia Argentina, concretamente en la ciudad de Comodoro Rivadavia, Provincia del Chubut. Mi profesión me llevo por varios puntos geográficos de nuestro país.
En cada lugar, siempre encontré y me abrió sus puertas la familia del rugby. Mis inicios en el CUBB y mis pasajes por Limay Rugby Club, Rincón Rugby Club, Calafate Rugby Club, Agrupación de veteranos del rugby «Alacranes» y Comodoro Rugby Club, me dejaron una gran familia, y hoy mi tributo a todo ello que tan bien me hizo sentir, es hacer lo que más me gusta: «Entrenar a los chicos»…
Actualmente estoy entrenando en Comodoro Rugby Club las categorías M6 y M7. Nosotros arranamos el trabajo en Enero y en aquel entonces también estaban conmigo la categoría KINDER. En el club se puede ver que hay un gran trabajo. Tanto Ezequiel, como Alberto y Luis, dedican mucho tiempo para la coordinación de nuestras actividades. La URA también tiene su gran cuota en todo el trabajo que se hace en los chicos, ya que tanto los clubes como la unión, hacen mucho hincapié en los cursos y actividades de formación.
El juego compartido con ellos, es una actividad que sirve como instrumento / herramienta para, de forma creativa y divertida, involucrarse en el comportamiento de los más chicos, el desarrollo de su potencial, incidir tanto en la educación de ellos como en la confianza en sí mismo.
Me llevó su tiempo pensar en modos de trabajo, de corto tiempo, pero con un gran impacto en los chicos; Es por ello que tomé la decisión de invertir un tiempo considerable en el desarrollo de actividades para trabajar en conjunto con los padres… Estas actividades en conjunto, también favorecen la comunicación de ellos con los adultos y abre la posibilidad de estrechar lazos más fuertes con ellos; En especial entre padres/madres y niños/niñas. Este intercambio, colabora en el crecimiento físico y emocional de los niños, a la vez que permite la transmisión de normas, consignas y leyes de convivencia, enriqueciendo la relación con los demás miembros de su entorno, ya que aprende a tolerar las diferencias, el respeto por el otro y las reglas.
Estoy bajando a papel toda esta idea, este trabajo de juegos, ejercicios y experiencias para compartir en algún momento con otros colegas, clubes, etc. Actualmente los comparto solo en un grupo de whatsapp que forme hace un año y moneda con gente de varios países; Yo creo que si se lograra tener una experiencia colaborativa desde distintos puntos cardinales, se podría mejorar día a día a pasos agigantados… Muchas cosas por hacer, muchas ganas de tener un avance más rápido, nos juega en contra… Suele suceder que muchas veces no nos paramos a dedicarles a los chicos toda la atención que necesitan en cada momento, quizás por el pequeño tiempo semanal que tenemos o bien por qué queremos trabajar varias consignas en un día, y esto nos lleva a qué las conversaciones con ellos queden resumidas a consejos (que la mayoría de las veces aún no las interpretan o asocian a sus movimientos y coordinación), órdenes, interrogatorios y algún que otra llamada de atención.
No todo es «tire», también trabajamos el «afloje»… Cuando los niños empiezan a contarnos que actividades le gustaron, o algo que le ha pasado en el colegio, una preocupación, algún miedo, etc., debemos trabajar la «escucha activa»… También es válido para trabajarlo en casa, ya que todo este trabajo en conjunto con ustedes, repercute en la autoestima y confianza de cada uno de ellos… Como podrán observar en algunas fotos que les compartí, Yo trabajo mucho la escucha activa con el gesto de arrodillarse y estar a la altura de los chicos, mirarlos a los ojos y prestarle atención a lo que cada uno dice. Es empatizar con la otra persona, meternos en su mundo, escuchar sus sentimientos, hacer que se sienta escuchado y entendido y por sobre todas las cosas, que sienta que le ofrecemos y mostramos que los entendemos y que estamos dispuestos a ayudarles.
