El juego es mucho más que un pasatiempo, es una actividad que promueve sanidad mental, creatividad, y es la precursora del desarrollo de las habilidades sociales.
El juego espontáneo permite aprender a trabajar en equipo, a compartir, a negociar y a resolver conflictos.
Pautas que potencian de manera natural situaciones lúdicas como medio para favorecer el aprendizaje:
- Diversión. La primera regla es la diversión. Las actividades propuestas deben proporcionar placer tanto por la ejecución y descubrimiento como por la propia interacción con los participantes.
- Presenta los juegos como grandes retos, no lo impongas como una tarea u obligación.
- Permite y fomenta la exploración de diferentes posibilidades de juegos.
- Espontaneidad y creatividad. Permite que el niño invente e incremente su capacidad de pensar. El adulto puede facilitar ideas que enriquezcan aquellas propuestas por el niño.
- Utiliza un lenguaje sencillo que favorezca la comprensión.
- Muévete, salta, corre, esconde, gira … permite que explore, conozca y disfrute sus capacidades motrices.
- Fomenta la reflexión sobre los posibles aprendizajes creados con el juego.
- Premia sus ideas y esfuerzos por más mínimos que parezcan.
El juego favorece el aprendizaje de todas las áreas del desarrollo infantil.